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El spotting o sangrado de implantación: un síntoma común del embarazo

Uno de los síntomas más comunes durante el embarazo, que siempre suele alarmar a las mujeres, es el sangrado de implantación. También conocido como spotting, se produce cuando el óvulo fertilizado entra en el útero sin consecuencias negativas.

El sangrado de implantación suele producirse entre el sexto y duodécimo día tras la ovulación. Este síntoma se debe a que cuando el óvulo fertilizado entra en el útero, éste produce enzimas que ayudan a su recubrimiento para conseguir un ambiente confortable para el bebé. El endometrio, lugar donde se nutre el bebé de sangre materna, va creciendo durante el embarazo, provocando por su naturaleza rica en sangre, un pequeño sangrado conocido como Spotting.

Una vez acabado el proceso, cuando el óvulo fecundado anida y queda implantado,  podemos denominarlo embrión.

¿Cómo diferenciarlo del período? 
Existen 4 diferencias principales para poder diferenciar con exactitud el spotting del periodo.

  1. Ocurre unos días antes de la fecha prevista para la siguiente regla. En caso de no tener una regla regular, es fácil confundirlo con la menstruación.    
  2. Es un sangrado mucho más ligero, sin coágulos y con un tono más oscuro que el de la regla
  3. No sigue el patrón del periodo: abundante al principio, ligero al final. Es siempre escaso.
  4. Suele durar generalmente entre uno y tres días, y como caso excepcional hasta cinco.

Aunque como hemos dicho, el spotting no es algo alarmante, siempre que una embarazada manche, es aconsejable acudir al médico para que sea él, el que determine si se puede tratar de un sangrado de implantación o no.